viernes, 27 de abril de 2012

Técnicas pianísticas del inmortal Vladimir Horowitz




Dijo Vladimir Horowitz:

La ambición del estudiante debe basarse en que los mecanismos de ejecución del piano sean comparativamente una cuestión bastante simple, para lo cual tal vez pueda emplear toda su energía en la interpretación artística de la composición. Esta última fase en la ejecución del piano es la más vital en la maestría de dicho arte. Leer una composición de manera inteligente; puntuarla y frasearla apropiadamente; darle su debida elocuencia; introducir los matices adecuados; ejercitar con maestría los pasajes mas dinámicos; darle su diseño y forma intencional; transmitir a la audiencia los pensamientos y emociones que el compositor tenía en mente—esta es la verdadera parte difícil en la ejecución del piano.









Tan importante como dichas fases es, sin embargo, el hecho de que las propias interpretaciones estarán lejos de lo satisfactorio, si los problemas puramente técnicos no se encuentran bajo nuestro completo control. Tomemos, por ejemplo, el hecho de ejecutar pasajes de acordes, los cuales contienen melodías o notas acentuadas fuera del mismo acorde. La línea de la melodía debe ser mantenida y remarcada para que destaque siempre por sobre el fondo musical de acompañamiento de la pieza.




A primera vista, parece extremadamente difícil producir un sonido de acorde de tres o incluso cinco notas con los cinco dedos de una mano, de modo tal que uno o incluso dos notas se escuchen por encima de las otras y actúen como melodía, mientras que las otras notas actúen como un acompañamiento a dicha melodía. Si uno fuera a hacer esto de tal manera que nos habituáramos a ello, la dificultad desaparecería en el aire. 


Hay dos métodos correctos, si bien diametralmente opuestos, de abordar el dominio de esta necesaria técnica para perfeccionarse en el arte del piano. Para evitar confusiones, sólo un método será explicado. La experiencia ha mostrado, sin embargo, que cuando uno se ha convertido en un maestro de esta técnica para uno de los métodos, también dominará automáticamente el otro método, incluso sin práctica alguna.
Para acentuar una nota melódica sin un acorde u octava haga lo siguiente: levante el brazo con el menor esfuerzo muscular posible, hasta que los dedos se encuentren entre 7 a 10 centímetros por encima de la tecla. Durante los movimientos ascendentes y descendentes del brazo, prepare los dedos ubicándolos en posición para presionar el grupo de notas siguientes y sosteniendo el dedo que tocará la nota melódica apenas más cerca de la tecla y mucho más firme que los otros dedos que tocarán las notas restantes del acorde. Durante el primer intento de este ejercicio puede notarse una sensación de falta de movilidad muscular y de tensión. Tal condición está siempre presente en la etapa temprana de dominación de este problema y no debe desanimarlos. Continúe practicando hasta remover esta sensación, dejando la mano relajada pero a la vez ejerciendo una firme acción muscular. El desarrollo continuo también removerá la necesidad de levantar la mano demasiado alta por encima de las teclas.
Sin dejar de mantener firmes y flexibles las articulaciones de las muñecas y los nudillos, libere toda la tensión de los músculos de la espalda, permitiendo, que de este modo, el abrazo caiga con todo su peso sobre las teclas predeterminadas—los puntos de contacto son las yemas de los dedos.


El dedo que es sostenido apenas más abajo y que se encuentra mucho más firme golpea naturalmente la tecla mucho más firmemente que los dedos más relajados, los cuales no ofrecen resistencia a las teclas tan fácilmente como lo hace el dedo más firmemente sostenido. El tono producido por la tecla presionada por el dedo de la nota melódica es mucho más fuerte que los otros. Así, se ve claramente que al tocar un acorde, en el cual se acentúa una única nota, el efecto puede ser producido al sostener el dedo, con el cual se tocará la nota melódica, un poco más abajo y mucho más firmemente que los dedos que tocarán las notas sin acento.
La razón por la cual se debe sostener el dedo un poco más por debajo es sólo un efecto psicológico; en la práctica verdadera, no es del todo necesario. La experiencia muestra que al comienzo es casi imposible conseguir que un estudiante sostenga un dedo más firmemente que otros a menos que se le permita sostenerlo en alguna posición diferente en relación a los otros. Sosteniendo un poco más abajo no modifica la calidad o cantidad del sonido producido y no afecta la ejecución en ningún modo, pero da a la mente del estudiante una mayor tranquilidad.
Existe otro punto de vital importancia para dominar este problema. Al comienzo, la super firmeza con la cual será sostenido el dedo más cercano a las teclas, producirá un tono duro. La dureza del tono desaparecerá con el progreso en este arte y con una mayor libertad de movimiento al presionar las teclas, dejando como resultado final un tono hermoso, sonoro y aterciopelado.
Puede ver al maestro aplicando la técnica en este video donde interpreta a Franz Litsz:




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